"(...) nuestra esclavitud consistió en sentir corroídas por buitres las propias entrañas nacionales: Cataluña, Vasconia, toda España.Isto foi pregoado por Ernesto Giménez Caballero (España y Franco, 1938). A cita pódese ler en Xesús Alonso Montero / Miro Villar, Guerra civil (1936-1939) e literatura galega, Compostela, Consello da Cultura Galega, 1999. O libro de Giménez Caballero aínda se pode adquirir en dúas edicións diferentes do mesmo ano 38 polo prezo de 20 ou 40 euros, asegún.
¡Toda España! Porque nos había corroído algo peor que lo geográfico, algo peor que las tierras de nuestros padres, de los padres de nuestros padres. Nos habían destrozado la médula misma de nuestro propio ser. Nuestra propia alma de españoles y de hombres. ¿Pero no os acordáis de aquel horror y de aquella vergüenza?
El católico, en España, había perdido a su Dios. El monárquico, su rey. El aristócrata, su señorío. El militar, su espada. El patrono, su iniciativa. El operario, su posibilidad de trabajo. La mujer, su hogar. El hijo, el respeto al padre. Y hasta la lengua española, "compañera del Imperio" -como la llamó Nebrija ante los Reyes Católicos-, era una escupidera para toda clase de inmundicias regionales".
En conclusión, se os que velan pola nosa felicidade din que cómpre "restaurar" os dereitos de la "compañera del Imperio" e que lle hai que pór límites á nosa lingua -"inmundicia regional"-, ¿ímonos sentir aldraxados, aínda por riba?
Que Deus nos atope sorrintes. Perdón, Dios.
Ah, e as mulleres "a su hogar". E olliño en que lle deprendedes a cuspir ós vosos vástagos.
Imaxe de Hispaniarum.
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